martes, 6 de enero de 2015

Polaroid

La cámara Polaroid fue inventada por Edvin Land en 1947. Esta cámara aparece de la necesidad de la hija de Edwin en ver las fotografías de unas vacaciones al instante de producirlas sin tener que esperar a revelarlas. Así es como Land investigó hasta inventar la cámara instantánea.
Fue un gran avance para la fotografía ya que anteriormente, los fotógrafos tenían que retirar el carrete de la cámara y revelarlo en un cuarto oscuro para producir las imágenes. Este era un proceso largo. Todo lo contrario a la Polaroid, que permitía al usuario tomar una foto y tenerla en sus manos en cuestión de segundos.


Las fotografías eran tomadas mediante un proceso químico basado en dos láminas de material químico (una positiva y otra negativa) y una cápsula. Tras sacar la foto, los rodillos de la cámara rompían la cápsula esparciendo el reactivo entre la superficie negativa y la foto, revelando la imagen. Tres 60 segundos, el usuario despegaba la hoja negativa, revelando así la fotografía final. Al principio las imágenes eran en tono sepia pero rápidamente empezaron a producirse en blanco y negro. Sin embargo, hasta 1963, el proceso de revelado requería que los usuarios trataran las imágenes acabadas con un fijador para evitar la decoloración.
A partir de 1963 se lanzó la primera cámara de color instantánea y las cámaras de blanco y negro comenzaron a venderse a precios más bajos dirigidas sobre todo a fotógrafos jóvenes.



En 1972, Land produjo una nueva cámara de color que se convertiría en icono con el nombre de Polaroid. A diferencia de los modelos anteriores, que requerían la manipulación manual de la película, la SX-70 ofrecía un cartucho de película interna motorizada que manejaba el proceso de revelado de forma automática, expulsando una diapositiva en blanco que poco a poco se desvanecía en la imagen final.




La SX-70 no sólo revolucionaría el mercado fotográfico, también revolucionaría el arte y la forma de hacer fotografías. Muchos fotógrafos empezaron a ver las polaroid como un lienzo inacabado que necesitaba un toque personal, y a pesar de que algunos ya retocaban sus fotografías instantáneas antes de la aparición de la SX-70, fue a partir de la aparición de esta, cuando ese toque personal del artista más se desarrolló, ya que la película de dicha cámara permitía modificar, rascar y distorsionar la emulsión, dando como resultado diferentes efectos en la imagen.
Este sería el caso del artista Lucas Samaras, que fue de los primeros en modificar las imágenes tomadas con la polaroid SX-70 mediante la “transferencia polaroid”. Así, desarrolla la serie “Autoentrevistas”, conjunto de autorretratos en los que ocupa el lugar de un modelo en diferentes circunstancias.




John Reuter, el director del estudio 20×24 de Polaroid, fue otro de los grandes expertos en transferencia de polaroid, y durante años experimentó con las fotografías instantáneas.




El espíritu inventor e investigador de Land continuó, y en los años 80 aparecieron las cámaras polaroid 600, un clásico de los 80 y 90. Estas cámaras alcanzaron una popularidad enorme por el abaratamiento de sus precios, y pasaron a ser un clásico entre las familias occidentales. 

Se produjeron tantos modelos diferentes de cámaras polaroid 600, que incluso Barbie, el Monstruo de Tasmania o las Spice Girls tuvieron la propia, para disfrute de los niños de los 90.




Aunque Polaroid continuó haciendo cámaras instantáneas en el siglo 21, el auge de la fotografía digital hizo que la compañía se trasladase a la esfera digital y suspendiese su línea de cámaras de película instantánea. En 2011, sin embargo, la compañía introdujo la Polaroid 300 instant film camera, orientada hacia el mercado de la nostalgia, así como a los usuarios de la cámara primerizos.


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