La cámara Polaroid fue inventada por Edvin Land en 1947.
Esta cámara aparece de la necesidad de la hija de Edwin en ver las fotografías
de unas vacaciones al instante de producirlas sin tener que esperar a
revelarlas. Así es como Land investigó hasta inventar la cámara instantánea.
Fue un gran avance para la fotografía ya que anteriormente,
los fotógrafos tenían que retirar el carrete de la cámara y revelarlo en un
cuarto oscuro para producir las imágenes. Este era un proceso largo. Todo lo
contrario a la Polaroid, que permitía al usuario tomar una foto y tenerla en
sus manos en cuestión de segundos.
Las fotografías eran tomadas mediante un proceso químico
basado en dos láminas de material químico (una positiva y otra negativa) y una
cápsula. Tras sacar la foto, los rodillos de la cámara rompían la cápsula
esparciendo el reactivo entre la superficie negativa y la foto, revelando la
imagen. Tres 60 segundos, el usuario despegaba la hoja negativa, revelando así
la fotografía final. Al principio las imágenes eran en tono sepia pero
rápidamente empezaron a producirse en blanco y negro. Sin embargo, hasta 1963,
el proceso de revelado requería que los usuarios trataran las imágenes acabadas
con un fijador para evitar la decoloración.
A partir de 1963 se lanzó la primera cámara de color
instantánea y las cámaras de blanco y negro comenzaron a venderse a precios más
bajos dirigidas sobre todo a fotógrafos jóvenes.
En 1972, Land produjo una nueva cámara de color que se
convertiría en icono con el nombre de Polaroid. A diferencia de los modelos
anteriores, que requerían la manipulación manual de la película, la SX-70
ofrecía un cartucho de película interna motorizada que manejaba el proceso de
revelado de forma automática, expulsando una diapositiva en blanco que poco a
poco se desvanecía en la imagen final.
La SX-70 no sólo revolucionaría el mercado fotográfico,
también revolucionaría el arte y la forma de hacer fotografías. Muchos
fotógrafos empezaron a ver las polaroid como un lienzo inacabado que necesitaba
un toque personal, y a pesar de que algunos ya retocaban sus fotografías
instantáneas antes de la aparición de la SX-70, fue a partir de la aparición de
esta, cuando ese toque personal del artista más se desarrolló, ya que la
película de dicha cámara permitía modificar, rascar y distorsionar la emulsión,
dando como resultado diferentes efectos en la imagen.
Este sería el caso del artista Lucas Samaras, que fue de los
primeros en modificar las imágenes tomadas con la polaroid SX-70 mediante la
“transferencia polaroid”. Así, desarrolla la serie “Autoentrevistas”, conjunto
de autorretratos en los que ocupa el lugar de un modelo en diferentes
circunstancias.
John Reuter, el director del estudio 20×24 de Polaroid, fue
otro de los grandes expertos en transferencia de polaroid, y durante años
experimentó con las fotografías instantáneas.
El espíritu inventor e investigador de Land continuó, y en
los años 80 aparecieron las cámaras polaroid 600, un clásico de los 80 y 90.
Estas cámaras alcanzaron una popularidad enorme por el abaratamiento de sus
precios, y pasaron a ser un clásico entre las familias occidentales.
Se
produjeron tantos modelos diferentes de cámaras polaroid 600, que incluso
Barbie, el Monstruo de Tasmania o las Spice Girls tuvieron la propia, para
disfrute de los niños de los 90.
Aunque Polaroid continuó haciendo cámaras instantáneas en el
siglo 21, el auge de la fotografía digital hizo que la compañía se trasladase a
la esfera digital y suspendiese su línea de cámaras de película instantánea. En
2011, sin embargo, la compañía introdujo la Polaroid 300 instant film camera,
orientada hacia el mercado de la nostalgia, así como a los usuarios de la
cámara primerizos.
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